Fue el principio del fin, la iniciación del largo e interminable adiós en que a partir de entonces, se convirtió mi vida. Como la luz del sol, cuando se abre una ventana después de muchos años, rasga la oscuridad y desentierra bajo el polvo objetos y pasiones ya olvidados, la soledad entró en mi corazón e iluminó con fuerza cada rincón y cada cavidad de mi memoria.
Hoy, el mundo sigue girando, moviéndose paulatinamente, con una aparente normalidad. Pero el ruido de cada movimiento es insoportable.
La noche del cinco de enero, dejaré la ventana abierta, y bajo el árbol pondré una gavilla de hierbas del parque Ribalta, tres polvorones, tres pequeñas copas de coñac y algún carajillo de Castelló por si aprieta el frio. Y pediré los mismos deseos de siempre.
Como en el libro 'La Piel del Cielo', los niños que permanecen en el 'Open Arms' habrán preguntado también a sus madres si el mundo se acaba. Para ellos y sus familias el mundo se ha reducido a un espacio de dolor y sufrimiento que no debería sentir ningún ser humano
Juegos de sillones y tronos. El tórrido calor y sus consecuencias han recluido los pactos en los cuarteles de invierno, en los palacios de hielo y en despachos herméticamente cerrados.
Tras el suicidio de Verónica, el debate está en el aire porque el machismo también está en el aire. Porque una sociedad no puede ser indolente a la humillación, a los abusos y a la violencia que sufren las mujeres.